Dos de los procedimientos más realizados para el rejuvenecimiento de la mirada son la blefaroplastia (técnica quirúrgica) y la aplicación de toxina botulínica.
La blefaroplastia
Se realiza en los pacientes que presentan dermatochalasis. Esto significa un exceso de piel en los párpados superiores que genera una sensación de "pesadez" palpebral. Muchas veces se acompaña de prolapso de los paquetes grasos, tanto del párpado superior como inferior. La cirugía consta de la resección de la piel excedente en el párpado superior, a veces de los paquetes grasos, mediante un abordaje que deja una cicatriz oculta. Para operar el párpado inferior y extirpar o reacomodar los paquetes grasos, la mayoría de las veces usamos una incisión a través de la conjuntiva que no deja cicatriz visible.
La toxina botulínica
Es una neurotoxina producida por la bacteria Clostridium botulinum que genera un bloqueo transitorio de la transmisión nerviosa provocando una parálisis reversible en el tejido muscular. Lleva aproximadamente 3 a 4 días que su efecto se haga clínicamente evidente y este puede durar hasta 6 meses. Su uso está indicado con fines cosméticos en la región frontal, entrecejo y patas de gallo y también para el tratamiento de patologías de la región periocular (blefaroespasmo y el espasmo hemifacial). Está contraindicada en pacientes con enfermedad neuromuscular, infección de la piel en el sitio de la inyección, embarazo o lactancia y alergia al huevo.